Trump no me gusta. Es populista, rudo, maleducado y probablemente cualquier adjetivo que acabe en -fobo. Clinton tampoco. Un peligro como gestora demostrado. Máxima representación de una clase política que haría cualquier cosa por aferrarse al poder. Al más puro estilo Frank y Claire Underwood.
Prácticamente todas las encuestas dan como vencedora a Hillary. Y las posibilidades que tiene Trump pasan por la acumulación de una serie de acontecimientos en diferentes estados donde las cosas están reñidas. La última encuesta de realclearpolitics muestra una elección mucho más ajustada de lo esperada, pero a favor de Clinton, incluso dando a Trump muchos de esos estados en duda.
Pero puede haber mucho voto oculto que no esté apareciendo en las encuestas. Me explico. Votar a Trump no es una opción de la que uno pueda sentirse muy orgulloso. Alguien que se esté planteando votarlo, tiene todo en contra. La gran mayoría de los medios, el aparato de los dos partidos o incluso su propia familia. Está mal visto votar a Trump. Si lo votas, eres mala persona. En Europa, eres escoria.
Se dice que Trump tiene el apoyo mayoritario de los hombres blancos, mayores de 65 años. ¡Qué difícil debe ser votarle si eres mujer, latino o afroamericano! Y no te digo ya si vives en Carolina del Norte, Florida o Nuevo México. Pero no es lo mismo ser cubano que mexicano. Al igual que hay latinos que se han dejado la piel luchando por su vida en EEUU que saben que todo el crimen relacionado con el tráfico de drogas proveniente de la frontera sur echa por tierra todo el sudor de su vida. Igual que hay mujeres que detestan más a una mujer capaz de tragar con todo lo que hizo su marido con tal de estar cerca del poder, que a un machista vulgar y desagradable. Todos esos colectivos están bajo una presión social tremenda y pueden mover mucho la balanza a la hora de votar en una cabina.
Trump se nos presenta como el auténtico diablo (ha hecho cosas para merecerlo). Con él, parece que empezará la tercera guerra mundial, EEUU quedará aislado del mundo y comenzará una crisis económica sin precedentes. Para mí, Trump es un fanfarrón que ha creado un personaje que se comporta así cuando se encienden las cámaras y da speeches. De hecho, personas que han hecho negocios con su empresa han dicho que cuando hace negocios no es el personaje que vemos en la televisión.
Cabe recordar que hoy EEUU no sólo vota a su Presidente sino también a la Cámara de Representantes y parte del Senado. Esto es muy importante, porque podemos encontrarnos con el caso de que gane Trump y los demócratas ganen mucho peso en las cámaras. Muchos votantes cabreados pueden ver esta opción como la mejor. Un seguro ante lo desconocido. Y es que la democracia norteamericana puede ser el sistema mejor diseñado no sólo para dar la voz al pueblo sino para protegerse de sí mismo. Algo tendrá cuando es tan duradero y nunca se ha visto en peligro.
Sin embargo, desde la Europa progre, decadente, que casi se autodestruye dos veces en el último siglo, nos dedicamos a dar lecciones de democracia y moralidad. Nos reímos de la incultura de esos americanos capaces de votar “republicano” como si en España o Europa estuviéramos rodeados de eruditos y políticos ejemplares. Eso sí, si nos matamos entre nosotros, Putin nos invade o el ISIS nos amenaza, que vengan esos incultos a morir por nosotros. No sé qué me da más repelús, si los candidatos americanos o la hipocresía europea llena de populismos.
En lo económico no hay mucha diferencia. Ambos deberán afrontar una recesión y las soluciones que proponen no serán las más efectivas. Proteccionismo y culpar a otro. O lo que es lo mismo, estancamiento. Clinton quiere subir los impuestos para pagar un mayor gasto y Trump propone una gran bajada de impuestos y mayores gastos…financiado por un mayor déficit. Ninguno podrá cumplir lo que promete. La deuda no puede ir mucho más allá y los impuestos en un entorno de bajo crecimiento o recesión tienen poca capacidad de aumento de la recaudación.
Los mercados reaccionarán de manera diferente. Trump es sinónimo de volatilidad y Hillary de continuismo. En el medio plazo, de aquí a un año, los índices estarán en el mismo sitio gane quien gane. Probablemente más abajo. Lo que sí puede cambiar es el camino hasta ese punto. Si gana Donald, los analistas esperan caídas de entre 7%-15%. Si eso fuese cierto, lo más preocupante podría ser la rotura del canal alcista que lleva siguiendo el S&P500 desde 2009 que ejecutase muchos stop loss por esos niveles.
Todo esto sin perder de vista que China sigue sin exportar lo necesario y lo que les gusta devaluar el Yuan cuando los ojos no están puestos en su país. Mucho ojo a ese movimiento.
Dicho esto, para mí una hipotética presidencia de Trump sólo tiene margen para sorprender positivamente o al alza. Se ha descrito tan feo al ogro que con poco que haga, o en este caso, no haga, puede ser visto de manera muy positiva. No digo que pueda ser Reagan ni mucho menos, pero si es necesario reducir el déficit y reducir gastos (algún día será obligatorio), veo más factible que lo haga Trump a Clinton. Mientras que una presidencia de Clinton, por muy continuista que sea, puede estar llena de escándalos, bloqueos y paralizaciones, sorprendiendo negativamente.
Si fuese americano creo que votaría a Johnson o no votaría. Nos esperan 4 años grises. La libertad pasa por un mal momento, como siempre en épocas de gran apalancamiento.