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¿Tiene sentido la predicción bursátil?

Se acaba el año. No paramos de leer predicciones sobre qué ocurrirá en los mercados el año que viene. Todos los años es lo mismo. Los bancos y los analistas más importantes “apuestan” a que los índices harán esto o aquello.

Desde luego sólo se puede subir, bajar o quedarse en los mismos niveles. 33% de probabilidad de acierto. Para el S&P500, JP Morgan dice que subirá hasta los 2400, Citibank o Goldman Sachs que estará en niveles parecidos y analistas conocidos como Jim Rogers que alertan de una valoración burbujera y caídas superiores al 50%. Luego está Bank of America Merrill Lynch que pone un triple en la quiniela y dice que estará entre 1600 y 2700. Y tan panchos.

No merece la pena perder el tiempo leyendo ni una sola de estas predicciones. No merece la pena pensar en una cifra de un índice bursátil a 365 días a no ser que te estés jugando una cena con unos amigos. Los ciclos se pueden girar en unos pocos meses. Es mucho más productivo ir haciendo un diagnóstico en tiempo real de lo que está pasando en la economía ahora mismo. Pero siempre con datos. Nowcasting.

Podemos tener una idea personal de lo que podría pasar a 6 o 12 meses, basada en hechos pasados, nuestra experiencia, o en tirar una moneda al aire. Pero lo importante es que esta idea no nos haga quebrar. Es decir, si la realidad nos lleva la contraria, es más importante ser flexible, tener la mente abierta y saber cambiar de bando o defendernos.

A todos nos viene a la cabeza el ejemplo de Michael Burry en la burbuja inmobiliaria americana como un ejemplo de visionario que se hizo muy rico previendo y apostando contra ella. Pero conviene recordar que su fondo no quebró porque secuestró el dinero de sus clientes. Que su historia es una historia de éxito “por los pelos”. Que tener la razón 2 años antes te puede arruinar.

Lo más importante de todo es ser consciente de la realidad que nos rodea. Tener en mente los mayores riesgos que puede haber, y si finalmente se terminan haciendo realidad, adaptarse a ellos. ¿A qué me refiero con adaptarnos? Pues que una semana fue suficiente para ver que el Brexit no hundiría los mercados, un día para saber que Trump no era el demonio esperado por todos o 3 horas para que el referéndum italiano no supondría la ruptura de Europa. Si nuestra idea original vemos que no funciona, conviene interpretar correctamente el mercado y no llevarle la contraria más allá de lo necesario. Ya lo dijo George Soros: “Solamente soy rico porque sé cuándo estoy equivocado… básicamente he sobrevivido gracias a reconocer mis errores”.

No hay que olvidar la estrecha relación de los índices bursátiles con el ciclo económico. Los precios de las acciones, que descuentan los beneficios futuros de las compañías, tienden a declinar cuando se percibe el riesgo real de una recesión. Sobre todo, en el caso de los índices. Mientras eso no ocurra, algo que por valoraciones puede parecer que está caro, puede llegar a estarlo mucho más. Y, por lo general, cuando eso ocurre sólo el agotamiento del ciclo y los indicadores más adelantados darán la voz de alarma. Y eso, de momento, no ocurre. Aunque cuanto más se sube de manera vertiginosa y las valoraciones son desorbitadas, incluso señales de alerta naranja pueden explotar la burbuja como en el año 2000 cuando empezó a deshincharse con los primeros síntomas. Todo el mundo es consciente de estar en una fiesta, pero tonto el último en cuanto la música empieza a bajar de volumen.

¿Qué riesgos puede traer el 2017?

En mi humilde opinión, los riesgos a tener en cuenta este año no cambian:

  1. China: Aunque los datos macro de los últimos meses han mejorado, esto se puede deber principalmente al gigantesco estímulo (otro más) llevado a cabo por el sector público. Es una bomba de relojería que estallará tarde o temprano y se llevará por delante a economías como la australiana. El mayor riesgo es el efecto contagio que pueda haber en el sector financiero. ¿Los bancos se hundieron con las devaluaciones del Yuan por riesgo deflacionario o por exposición a la economía? De momento el presidente chino ya abre la puerta a crecer menos del 6,5%, pero parece que eso ya no importa…

  2. EEUU: Siempre está el riesgo de que el repunte del ciclo, se quede en eso, un repunte como veíamos en el artículo del PIB. Un repunte debido al fin de la recesión del sector industrial. Pero que las reformas prometidas por Trump y que ya se han descontado tarden en llegar o hacer efecto y el sector servicios se deteriore. Aunque de ello nos irán avisando los indicadores adelantados. En cuanto a un crash imprevisible como el de 1987… ¿Por qué no? Los paralelismos de 1985-1986 y 2015-2016 son como para pensarlo dos veces (gran caída de materias primas, recesión de beneficios empresariales, recesión industrial, …). Cuando el precio el petróleo ha subido casi un 100% en menos de un año nunca ha traído nada bueno. Por si acaso, creo que es un año para llevar los stops bastante ajustados.

Me he preguntado quién haría entrar en recesión a quién, si China a EEUU o viceversa. A ver si los chinos están sujetando el castillo de naipes como sea hasta que puedan echarle la culpa a otro y así poder mantener su sillón…

  1. Inflación/Bonos: De momento los mercados se han quedado con la parte positiva de la inflación haciendo subir las rentabilidades (bajando los precios) de los bonos de manera radical y haciendo fluir el dinero hacia las bolsas. Sin embargo, todo tiene un límite, y en un mundo tan endeudado, con estimaciones de crecimiento débiles, eso puede ser muy malo para empresas y estados. Es posible que los bancos centrales estén más cerca de lanzar nuevos QE de lo que parece. Ya vimos en otro artículo que cuando los bonos corrigen fuertemente y las bolsas suben es malo en el medio plazo. De momento el precio del bono a 10 años americano se quiere frenar en su directriz alcista de muy largo plazo en escala logarítmica. Aunque algo que cae así en diario necesita tiempo para formar suelo.



Se ha escrito mucho de los riesgos políticos en Europa para este 2017. En mi opinión tienen el mismo riesgo que en 2016. Bajo. Las bolsas han sobrevivido a guerras mundiales, guerras frías y momentos muchos más complicados que elecciones con partidos populistas.

Aunque en los próximos meses se pueda seguir subiendo, en el corto plazo parece difícil sin un respiro en tiempo o precio. El optimismo se ha disparado:


Por último, el dinero está posicionado muy largo. El Rydex Total Asset Ratio que veíamos en el último artículo, está en 0,15, mínimos históricos (escala invertida en imagen). 85% del dinero en fondos largos. Más incluso que en el pico de la burbuja de las puntocom o en julio de 2015.


Un año en los mercados se puede hacer muy largo. El poder de predicción a ese tiempo es una pérdida de tiempo y acertar puede ser pura chiripa. Es mejor entrenar para entender y leer las reacciones de los mercados y unirse a la corriente. Y más si no vivimos del sector y lo que buscamos es optimizar nuestros ahorros. Me da igual lo que hagan los mercados, yo me tengo que adaptar a ellos.

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